miércoles, 28 de noviembre de 2007

Rehabilitación



Hoy quiero mostrarles como con dos veces por semana en que concurro a un natatorio, he hecho notables progresos. Hoy día puedo: caminar, mover sin dolor mis manos, mis brazos...


El instructor, es increíble. Tiene tanta paciencia con nosotros que somos personas mayores y con dificultades. Ignacio, así se llama este ángel que Dios puso en nuestro camino para llenarnos de cariño, de infundirnos confianza y de estimularnos con cada pequeño pero gran logro para nuestra calidad de vida.


En la imagen, haciendo ejercicios para fortalecer las piernas. En segundo plano se puede observar a las chicas que ya están en un nivel más adelantado.

Ignacio, trabajando con una señora de 90 años.